miércoles, 3 de marzo de 2010

Mi perspectiva de características sistémicas generales en el abordaje terapéutico de los problemas.

Atención, el siguiente texto es aburrido y supuestamente científico, nada que ver con lo que habitualmente hago.



Las personas como sistemas estamos sujetas a cambios emocionales frecuentemente, no podemos mantener una estática total en ese ámbito. Sin embargo dichos cambios tienen diversas magnitudes de afectación en nuestro equilibrio cotidiano y general en la utilización cibernética de la información que acoplamos a nuestro organismo. Varían el nivel de desgaste o regeneración, pudiendo ser apenas momentáneas o  llegando a niveles de severos trastornos psicosomáticos; son simples o complejos.  Estas afectaciones suelen ser cíclicas, tienden a la circularidad, sin embargo pueden causar variaciones a posterioridad en  la producción de la autopoiesis de los individuos. Éstos pueden ser desde un cambio de apariencia externa, adquisición de compromisos, trastornos emocionales; características personales internos o externas. Tomando en cuenta que uno de los objetivos como psicólogo es propiciar un equilibrio sano en nuestros consultantes, es de suma importancia entender los procesos sistémicos para la consecución de esa meta.  

Para ejemplificar dichos procesos tomaremos el hipotético caso de la baja autoestima. Esta es resultado del trastorno al sujeto por parte de un variable número de factores, ya sean desencadenantes o sintomáticos del proceso, estos actuando como reforzadores de dicho cuadro. Este proceso de retroalimentación podría considerarse positiva, pues propicia un cambio en el sistema hasta el punto límite donde se manifiesta una depresión psicosomática, es el momento cuando el sujeto cierra el paso e ingresa en una retroalimentación negativa, confundido sobre qué tipo de pensamientos y actitudes podrían ser funcionales en la compensación . Nuestro interés se centra en la asistencia en la retroalimentación compensatoria en este “sistema abierto” que es el individuo  para lograr una homeostasis saludable.

Siguiendo un proceso ideal de compensación, al intervenir con el sujeto debemos de reflexionar antes sobre las funcionesque corresponderían pertinentes  al mismo en un contexto de posible equilibrio. Debemos preguntarnos;  ¿Cuáles conductas podrían considerarse desgastantes y con qué estrategias compensatorias podríamos sustituir las mismas? El marco de referencia lo obtendríamos al verificar y analizar amplia y cuidadosamente el funcionamiento del sujeto, ya sea entrevistando e investigando al mismo  o a los próximos a su entorno,  o sea indagando sobre él en el sistema externo al que pertenece y sus características cibernéticas. El paradigma de los sistemas, recordemos, es que cualquiera pertenece y es variable dentro de otro más amplio. Así, todos nosotros estamos afiliados a otros sistemas; ya sea a una familia, círculos de amistades, compañeros de labor, compatriotas, etc.  De ese modo comparativo obtenemos qué rasgos y actitudes pueden ser las más apropiadas para lograr un estado de homeostasis y una autopoiesis beneficiosa, enfatizando la optimización de esta última.
Posteriormente tendremos que lograr descifrar el código cibernético del usuario, al menos lo suficiente para desencadenar una vuelta del mismo al estado de retroalimentación positiva, siendo cautelosos en qué tipo de cambios propiciaremos en conjunto. Por ejemplo, una actitud de fomento hacia los actos de responsabilidad en la higiene y salud personal, sugerir e inducir actitudes de seguridad y confianza en sí mismo, apertura hacia las opiniones y presiones de externos e interpretaciones propositivas de las mismas, confrontación de los actos pasados, presentes y futuros y la aceptación de los mismos. Las herramientas con las que contamos como psicólogos son amplísimas y muy diversas en usos y enfoques. No todas son conscientes o fueron diseñadas en referencia al enfoque sistémico, aunque pueden ser útiles para lograr acoplarlas en el proceso compensatorio-sinérgico de la persona y así lograr un aparente avance homeostático en la autopoiesis. Lo cual teóricamente lograría el cambio de estado depresivo a una autoestima equilibrada o quizá más elevada.

Me gustaría remarcar que esta breve inducción al proceso terapéutico contiene en sí una cadena de procesos complejos, los cuales no podrían describirse a detalle en este escrito. 

2 comentarios:

I. dijo...

¿Y qué pasa cuando afrontamos las carencias que tiene el enfoque sistémico?

Alfarael dijo...

El sistema es total.

En todo caso, lo interesante de la psicología, y el abordaje de problemas en la misma,es que existen múltiples variables para poder sobrellevar carencias o replantear percepciones.

En el caso del enfoque sisté-mico se pueden enriquecer las opciones de abordaje con enfoques hipno-terapéuticos, narrativos, incluso con con PNL. Qué mono, no?

Saludos!